Franz Tamayo Solares

(La Paz, 1879 - 1956) Poeta y político boliviano

 

Sus padre fueron Felicidad Solares e Isaac Tamayo, destacado político paceño, diputado, diplomático y ministro de Estado. Un pequeño periodo estudio en el Colegio Ayacucho, Se graduó como abogado en la Universidad de San Andrés y tuvo simpatías liberales durante sus primeros años de actividad política. Fundó y dirigió el Partido Radical hasta que la formación se fusionó con los conservadores en la década de 1920. Luego pasó a Europa donde ingresó en La Sorbona. En Londres tomó matrimonio con la francesa Blanca Bouyon, de este matrimonio nacieron dos hijas que luego murieron.
Posteriormente, en 1910, en segunda nupcias casó con Luisa Galindo.
Como político fundó el Partido Radical en 1911, en 1914 fue elegido diputado por La Paz y en 1917 candidato a la presidencia de la República.
Como escritor plasmó una serie de artículos en EL DIARIO. En 1915 fundó el periódico “El Fígaro” y en 1917 “El Hombre Libre” del cual fue su director. Desde sus páginas fue un crítico de las políticas de Ismael Montes, Bautista Saavedra y Hernando Siles.
Es considerado como una de las figuras centrales de la literatura boliviana.
El escritor, otrora presidente de la Cámara de Diputados, vivía en sus últimos años casi encerrado en su casa de la calle Loayza, escribiendo muy de vez en cuando algún mensaje político.
En 1921 designado representante ante la Sociedad de Naciones (ONU) para plantear la revisión del Tratado de 1904 con Chile. También fue ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Salamanca y Presidente de la Asamblea Legislativa en 1931. En 1934 ganó las elecciones presidenciales, pero no pudo asumir el cargo debido al golpe de estado gestado por un grupo de militares (corralito de Villamontes) contra Salamanca.

Como hombre de letras escribió el ensayo: Creación de la pedagogía nacional (1910), Horacio y el arte lírico (1915).
La Prometheida o las oceánidas (1917)

Treinta y ocho años contaba Tamayo cuando, en las soledades de su finca altiplánica de Yaurichambi, escribió esta tragedia lírica. Esculpió sus versos en un rapto de inspiración fecunda, y en pocos meses ya estaba lista la obra. Tamayo prescindió de las exigencias técnicas que impone la representación teatral, por lo cual esta tragedia no es representable, pero constituye la más bella de las composiciones líricas de nuestro continente.
En 1950 escribió un artículo que proyectaba la salida de Bolivia al corredor del Pacífico a cambio de la utilización por Chile de las aguas del lago Titicaca.

Tamayo autor de los poemarios: Odas (1898); La Prometheida o las Oceánides (1917); Nuevos Rubayat (1927); Scherzos (1932); Scopas (1939) y Epigramas griegos (1945), tuvo una recepción académica divergente. Esto lo presintió tempranamente el crítico literario Carlos Medinaceli, quien manifestó: “En sus trabajos en prosa nunca deja de acompañarle el buen gusto y, en cambio en sus versos, porque en realidad abusa del color, llega como en ciertos pasajes de sus poemarios a lo churrigueresco y lo estridente e incurre otras veces en metáforas e imágenes de evidente mal gusto”. En vida, el poeta Franz Tamayo fue considerado como erudito, arrogante, huraño, complicado y hasta loco. Esta conjunción de calificativos llevó a la sobreestimación e incomprensión de la ampulosa prosa tamayana, cargada de retórica, latinajos y helenismos.

La relación tortuosa entre política y cultura puede ser advertida en los ideólogos del MNR, quienes dogmatizaron a dos figuras de la cultura boliviana: por un lado, ensombrecieron al intelectual Alcides Arguedas con el calificativo de “antipatria” y condenaron el libro Pueblo enfermo; por otro lado, enaltecieron al poeta Franz Tamayo y canonizaron el texto Creación de la pedagogía nacional.
En el gobierno de Gualberto Villarroel –a través del Ministerio de Educación, Bellas Artes y Asuntos Indígenas– reimprimieron el libro Creación… con el epíteto: “En homenaje al ilustre polígrafo Franz Tamayo (se) reedita esta obra fundamental para la pedagogía boliviana”. Como se sabe, Tamayo legitimó a la logia militar RADEPA en alianza con el MNR, primero como parlamentario y luego como presidente de la Asamblea Constituyente. Años después, en el primer gobierno del MNR, el libro Creación… fue distribuido profusamente en toda Bolivia, quedando en el imaginario social una sobrevaloración a la labor política, pedagógica, intelectual y poética de Franz Tamayo.

El escritor Augusto Céspedes –uno de los principales ideólogos del movimientismo revolucionario– exaltó de modo enigmático, seductor y jocoso la figura de Tamayo: “Cabeza grande, tronco pesado como que es de piedra, extremidades cortas de paso rápido, saco largo y pantalones a la altura del tobillo, todo coronado no por la encina sino por un sombrero de paja que también sirve de molde para la fabricación de quesos en su hacienda, constituyen a Tamayo elegancia y armonía”.

Además, el Chueco Céspedes le adscribe los siguientes calificativos: monolito pensante, Tamayo el cerebral y el erudito rítmico.
Sin consciencia –o con profunda ironía– el Chueco Céspedes dio en el clavo al llamar al gran Tamayo monolito, es decir, un exponente ceremonial, inmóvil, histórico y artístico, el monumento de piedra de una sola pieza, y al mismo tiempo “rítmico”, lo que hace alusión a la principal destreza de Tamayo: la versificación musical.

Actualmente, la figura del Hechicero del Ande es percibida de modo enigmático en el imaginario social boliviano. Por ejemplo, hasta el día de hoy reza en la pared de la calle Loayza –en donde vivió Tamayo– el siguiente cartel que dice: “Tamayo es la personificación de la ciudad; gigante en su capacidad como el Illimani que la protege, arrogante y complicado como su caprichosa geografía; único en su obra; como única es nuestra ciudad en su cósmica belleza...”.
Franz Tamayo Solares, el escritor, poeta y diplomático paceño falleció un 29 de julio de 1956, a los 77 años de edad

La Universidad Privada Franz Tamayo (Unifranz) es una universidad privada boliviana, con sede principal en la ciudad de La Paz, Bolivia. La universidad fue fundada en 1993 en homenaje a Franz Tamayo (1879-1956)Actualmente la universidad posee sedes en las ciudades de La Paz, El Alto, Santa Cruz de la Sierra y Cochabamba.
 

BALADA DE CLARIBEL

En la desolada tarde, Claribel al
claror de un sol que no arde,
Claribel, me vuelve el amante
alarde, aunque todo dice: "es
tarde, Claribel".
Claribel,
tu nombre como un lamento,
Claribel,
y en vano mis ansias siento
volar tras aquel concento,
Claribel.
Voz con que pía la ausencia,
Claribel,
saudade, canora esencia
Claribel!
Añoranza, transparencia
que la ausencia hace presencia,
Claribel!
Mar profundo y alto monte,
Claribel,
Es posible que tramonte,
Claribel,
tras el húmedo horizonte,
y que las nieves remonte
Claribel?
El tiempo es por siempre ido,
Claribel,
y eres quizás todo olvido.
Claribel,
Mas yo, iluso descreído,
aún pienso que me has querido,
Claribel.
El pan amargo en que muerdo,
Claribel
hecho está de tu recuerdo
Claribel!
Y el pasado nada cuerdo
es un sueño, en que me pierdo
Claribel!
Oh mañana azul y rosa,
Claribel,
en que te ví, mariposa,
Claribel!
Reina y mujer, niña y diosa,
oro, nácar, nieve y rosa
Claribel!
Cantaba en el aire un ave,
"Claribel "
suave cual la suave
Claribel.
Y unía al plumado clave
dulce risa y lloro grave:
Claribel!
Una música escondida,
Claribel!
Eres por siempre en mi vida,
Claribel.
Mamá de mi eterna herida,
lecho rosa y luz florida:
Claribel!
Vierte mi labio un perfume
Claribel,
musgo y clavel que resume,
Claribel.
Mira que eterna zahume,
óleo que no se consume,
Claribel!
Tu nombre dulce y cruel
Claribel
Sabe a fresa e hidromiel
Claribel.
Son de encantado rabel
hay un sortilegio en él,
Claribel.
De un nigromante el compás,
Claribel,
trazó en mi alma "nunca más Claribel".
Y así mis ojos jamás
como el alba volverás,
Claribel!