Óscar Cerruto

(La Paz, 1912 - 1981)

Poeta y novelista boliviano cuya obra se ubica en la vertiente más vanguardista del posmodernismo hispanoamericano. Fue diplomático y periodista (actividad esta última que le llevó a la dirección de las publicaciones El Diario y Última Hora, ambas editadas en La Paz) y vivió prácticamente volcado en su vocación literaria. Perteneció a la Academia Boliviana de la Lengua y realizó numerosas giras por América, Europa y Asia.
Óscar Cerruto inició su trayectoria con la publicación de la novela 
Aluvión de fuego (1935), en la que narró los crueles y sangrientos episodios de su experiencia personal durante la guerra del Chaco (1932-1935), con una prosa de acusada perfección parnasiana, que impuso su imaginación y talento por encima del naturalismo

 Así denuncia el trato dado al indio en diferentes contextos. Por ejemplo, el modo en que actuaron las tropas bolivianas durante la guerra. Infiere que la guerra sólo era conveniente para algunas empresas, las petroleras y las de fabricación y venta de armas. Utilizando de pretexto la historia de Mauricio Santa Cruz, el protagonista de la novela, Cerruto hace un retrato de la realidad boliviana durante el conflicto. En la novela,  Mauricio pasa por tres etapas. Son situaciones en tres contextos diferentes que lo cambian. La primera es en su entorno familiar, la segunda en el ejército y la tercera en las minas.

Esta novela-denuncia conmovió a la crítica y a los lectores en general por el descarnado relato de aquellas experiencias de la guerra, vividas en plena juventud, y señaló a Cerruto como una de las principales figuras de la llamada "Generación combativa", junto a autores como Antonio Díaz VillamilAugusto GuzmánCarlos MedinaceliAugusto Céspedes y Jesús Lara. De la producción narrativa de Óscar Cerruto destacan también los cuentos recogidos en Cerco de penumbras (1958), en los que reproduce las escenas de la vida cotidiana del país.
Con la madurez desvió su creación hacia formas más puristas y alcanzó también un puesto de honor en la lírica boliviana contemporánea, gracias a una producción poética tan novedosa y relevante como la de 
Yolanda BedregalJaime Sáenz o 
Pedro Shimose. Entre sus poemarios cabe destacar Cifra de Rosas (1957), Estrella segregada (1973), Reverso de la transparencia (1975) y Cántico traspasado (1978).
Su poesía inteligente y exacta se caracteriza, tal y como se la definió, "por el sentimiento que piensa y el pensamiento que siente". Con leves toques anecdóticos, de tipo familiar o patriótico, el poeta se concentra en el trabajo del lenguaje poético; el gusto por la imagen y la alegoría define a grandes rasgos el estilo de Óscar Cerruto, ligado a los movimientos de vanguardia. La libertad de las formas empleadas se aúnan con una expresión ceñida y depurada, sin alardes retóricos ni complacencias decorativas
.
Jorge Siles Salinas en su libro:
 "Sí, el Mar" (Plural Editores, La Paz Bolivia, mayo 1012) manifiesta que el desgarramiento con que Bolivia siente la  ausencia del mar tiene en la voz poética de Oscar Cerruto una expresión tan noble como inspirada. Dice así los versos concisos, admirables de uno de sus "CATARES":
 

Mi patria tiene montañas,
no mar:
 Olas de trigo y trigales,
no mar:
 Espuma azul de pinares,
no mar:
   Cielos de esmalte fundidos:
no mar:
  Y el eco ronco del viento
sin mar

 

No se puede leer sin estremecimiento ese "no mar" con que terminan las cuatro primeras estrofas. La realidad de esa negación, junto a la afirmación de lo que nuestro paisaje encierra -montañas, trigales, pinares, un cielo que funde el color de los minerales- revela al mismo tiempo la nostalgia de lo que fue desprendido de la antigua entidad patria: olas, espuma, azul de mar y su cielo. Pero, por encima de todo, se levanta el "coro ronco del viento", la protesta, la voz unánime de un pueblo que se niega a vivir "sin mar".
Al "no", al "sin" de la privación de lo que nos es vital, contesta el "Sí" de nuestra voluntad de volver a las rutas oceánicas, haciendo nuestra exclamación baudeleriana según la cual el mar es un símbolo máximo de libertad: "Hombres libres, ¡tú siempre amarás el mar!"
Advirtamos que, en el poema de Cerruto, cargado de simbolismo, ese escueto "sin mar" del último verso tiene la consistencia oscura, hiriente, de un rechazo como un "sin más" inapelable, contrapuesto desde fuera de la voluntad patriótica de los bolivianos. La expresión negativa con que termina bruscamente el poema se cierra como un muro, interrumpiendo ásperamente la secuencia del verso.